Drácula de Bram Stoker
¿Qué decir de esta obra mundialmente conocida, encomiada y reproducida además de lo se ha mencionado en las múltiples ediciones, versiones cinematográficas, televisivas, teatrales, musicales, cómics, dibujos animados y otros medios expresivos? Pues como punto de partida quiero señalar la primacía y exclusividad emotiva que representa la lectura personal de la obra original elucubrada por Stoker a lo largo de la última década del siglo XIX - aunque dada la popularidad del conde Drácula resulta más sencillo acercarse a él por otras vías-, por lo que si usted está pensando dedicar algunas horas al escrutinio de este clásico página tras página, déjeme decirle que no haría mal, y mucho menos si se encuentra con esta maravillosa edición traducida al castellano por Óscar Palmer y publicada por Editorial Valdemar, la cual incluye numerosos anexos y aclaraciones que la hacen muchísima más placentera y completa.
El mérito incuestionable de Bram ha sido desde mi perspectiva la adaptación narrativa del folclore que envuelve la figura del vampiro (término eslavo que proviene del serbio "vampir" y del ruso "upir") en diferentes culturas manifestado en leyendas y supersticiones al contexto histórico de la época victoriana. Es evidente también que el príncipe Vlad Tepes ejerció en él un hipnotismo inspirador para la morfología gramatical de esta gran novela que a lo largo de los últimos años ha persistido
extrañamente como una estación imprescindible en el itinerario de generaciones y generaciones de lectores ávidos
que indagan en las peripecias y vicisitudes del doctor Van Helsing y de
Jonathan Harker, que sufren con los ataques sorpresivos a Lucy Westenra y
Mina Harker y que atestiguan expectantes la aniquilación definitiva del conde Drácula y sus aliados.
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Manuscrito de Stoker con el prólogo a "Drácula" |
Los suburbios londinenses, los Montes Cárpatos, el Océano Atlántico y los majestuosos paisajes de Transilvania entre otros sitios dan vida a esta fantástica historia, en la cual nuestros personajes a manera de diario registran los hechos e intercambian correspondencia. Sólo el tiempo y sus caprichos la ha hecho justicia a Bram Stoker, aquel irlandés que relato el mundo de Drácula, el vampiro más emblemático de la historia, aquel hombre que murió en la miseria y en el olvido un 20 de Abril de 1912.
Fuentes:
- Drácula, Bram Stoker. Editorial Valdemar. 2010. 668p. Edición de Óscar Palmer Yañez.
- https://www.theirvingsociety.org.uk/
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