Narrativa Bélica Mundial. Primera parte.
Desde que los primeros homínidos poblaron la tierra, confinado en el linaje evolutivo de su especie cuyo ancestro primitivo es el Homo Erectus, como nos indica el estudio de los fósiles que se han encontrado hasta ahora, el ser humano moderno ha transgredido con innovaciones intelectuales su condición. Hace aproximadamente 1.8 millones de años comenzó a exhibir habilidades cognitivas en la fabricación de herramientas y utensilios. A partir del abandono del nomadismo y con el florecimiento de los primeros asentamientos hemos asimilado las guerras como una extensión más de nuestra frívola naturaleza autodestructiva. Por obvios motivos como la extensa literatura bélica disponible, es difícil esbozar una selección representativa de ésta; sin embargo he osado intentarlo de manera personal, bajo la sombra del subjetivismo de mis elecciones. Afortunadamente he tropezado con libros increíbles que abordan desde una perspectiva histórica, antropológica y fantástica esta cuestión por medio de las letras de eminentes novelistas, historiadores, periodistas, testigos y sobrevivientes que redactaron los textos que ahora me dispongo a recomendarles. En este desafío pretendo concientizar y también invitarlos a que nos cuestionemos con mayor profundidad los principios de la bioética que pregonamos. Fiel a la mayéutica socrática, ¿Por qué nos ufanamos de los progresos científicos y tecnológicos alcanzados cuando existe una lucha eterna, una absurda competencia insoslayable por una hegemonía ilusoria y efímera, un delirio megalómano del hombre como amo creador y destructor del universo que nos impulsa a cometer los peores crímenes y atrocidades?
Hace algún tiempo leí la obra del filósofo esloveno Slavoj Žižek, El sublime objeto de la ideología, la cual la engloba desde el psicoanálisis, apoyándose en conceptos lacanianos; para él, se origina en un proceso de producción de prácticas y sentido cuya función es la incubación y legitimación de relaciones de dominación. Argumenta que la única forma de encontrarnos con nuestro deseo es a través del sueño, y de ahí que se pueda postular que la realidad sea “una construcción de la fantasía que nos permite enmascarar lo Real de nuestro deseo” (página 76). La ideología es entonces una construcción de la fantasía que sirve de soporte a la realidad: si bien lo real de nuestro deseo se encuentra en el sueño, no supone que la realidad sea el sueño en sí. Que lo real esté en el sueño nos indica que la única manera de abolir cualquier prejuicio ideológico es confrontar nuestro deseo con la realidad. Para Žižek lo característico de la ideología no es que sea un delirio que atenúa el estado real de las cosas, sino que consista en una fantasía inconsciente que estructura nuestra propia esfera social. Esto me parece maravilloso e ingeniosamente formulado. El deseo es, desde la concepción de este anclaje teórico, el catalizador de las dinámicas ideológicas. De las cenizas de los totalitarismos del siglo pasado, de las utopías perversas renace audazmente el fuego voraz de nuevas doctrinas trasfiguradas en los inicios del presente.
En un artículo incluido en una
serie de publicaciones del Philosophical Transactions B de la Royal Society
cuyo tema editorial versa sobre la investigación de los mecanismos
computacionales y neurocognitivos del cerebro político, académicos de la
Universidad de Cambridge y Stanford realizaron una estudio revelando asombrosas
afinidades entre las disposiciones cognitivas de bajo nivel de las personas y
sus actitudes políticas, sociales y dogmáticas de alto nivel. Desentrañaron las
tipologías neurobiológicas del pensamiento extremista en base a datos e
integrando acertadamente modelos predictivos cuantitativos de orientaciones
ideológicas de las ciencias exactas y humanas que utilizan información
demográfica, pruebas cognitivas y encuestas de personalidad.
Un novedoso método conocido como el El modelo de deriva-difusión que traduce las señales sensoriales de comportamiento obtenidas en componentes de procesamiento fue el adecuado para las indagaciones.
Se analizaron ontologías de cognición reflejadas en variables como: Precaución (capturando el parámetro umbral DDM), Tiempo de procesamiento perceptivo (captura del parámetro de tiempo de indecisión DDM y tiempos de reacción de la señal de detención relacionada con los procesos de inhibición de respuesta), Velocidad de acumulación de evidencia (captura del parámetro de tasa de deriva DDM y otros procesos relacionados), Descuento temporal (variables asociadas con la capacidad de retrasar la gratificación inmediata para una recompensa futura mayor), y Procesamiento de información estratégica (variables que miden la capacidad de la memoria de trabajo, la planificación, la flexibilidad cognitiva y otras estrategias de orden superior).
Son utilizadas también en estas inquisiciones herramientas de la estadística inferencial las cuales incorporan el razonamiento inductivo para escudriñar una muestra con el fin de pronosticar el comportamiento de una población mediante indicadores. Se establecieron para su evaluación, con sus respectivas escalas de medición 12 ontologías específicas de personalidad gracias a una reducción de dimensionalidad bajo el procedimiento de análisis factorial exploratorio, el cual transforma ortogonalmente las n dimensiones numéricas originales de un conjunto de datos en un nuevo conjunto de n dimensiones llamadas componentes principales. Estas ontologías son: Dirección de objetivos, Impulsividad, Sensibilidad a la recompensa, Búsqueda de sensaciones, Control emocional, Amabilidad. Toma de riesgos éticos, Percepción del riesgo, Control de la alimentación, Atención plena (mindfulness), Toma de riesgos financieros y Toma de riesgos sociales. Se consideraron además variables demográficas como edad, educación, ingreso y género. Los sondeos de actitudes ideológicas incluyeron cuestionarios sobre nacionalismo, patriotismo, conservadurismo social y económico, justificación del sistema, dogmatismo, apertura a revisar los puntos de vista propios y compromiso con la religión. Se hizo otro análisis factorial exploratorio para reducir la dimensionalidad de éstas, resultando 3 factores ideológicos finales: conservadurismo político, religiosidad y dogmatismo (jurídico, científico, religioso, etc). El examen ilustra que existe prueba sustancial a favor del rol de la cognición en la religiosidad, y evidencia decisiva a favor de su repercusión en la ideología política. La validación cruzada se utilizó para augurar la precisión del modelo, además de la regresión de cresta (ridge regression). A fin de ahondar en las bases congnitivas y de personalidad de las inclinaciones ideológicas, se ejecutaron una serie de análisis de regresión lineal múltiple con cada una de las 16 orientaciones dimensionadas, así como con los 3 factores finales. Para averiguar el impacto que tienen los roles de las variables demográficas, la reportada personalidad y la cognición evaluada conductualmente en los factores ideológicos, una regresión bayesiana se implementó.
Después, los modelos que poseían los "mejores predictores" del conjunto de variables combinadas se crearon utilizando el modelado bayesiano promedio, este simula situaciones de incertidumbre cuando no se conoce la veracidad de la hipótesis enunciada en un rango de variación.
Resultados
Fig. Los cinco conjuntos de normas jurídicas actualmente establecidas alrededor del mundo: el Derecho Civil o Continental, el Derecho Anglosajón o Common Law (naciones que fueron colonizadas por el Imperio Británico), El Derecho Religioso (variante de países musulmanes), el Derecho Consuetudinario (leyes costumbristas sin documentación, caso Mongolia y Sri Lanka) y los sistemas híbridos de Derecho Civil y Anglosajón. Fuente Wikimedia Commons.
Finalmente, se afirma que los procesos psicológicos subyacen a las actitudes ideológicas y que éstas a su vez dirigen el comportamiento y la toma de decisiones modelando la percepción, la cognición y la personalidad. Estos hallazgos pueden contribuir a la instrumentación de políticas con programas educativos destinados a promover la humildad y la tolerancia, la comprensión social y la diversidad. Quizá adoptando esas normas se prevendrán genocidios, la proliferación del racismo y la xenofobia, manteniendo un estado de paz constante.
A continuación se expone con relativa rigurosidad cronológica, la primera parte de esta antología, la cual abarca desde el periodo neolítico hasta finales de la Segunda Guerra Mundial, dejando para otra entrada en este blog, el resto.
1. - Warfare in the Ancient Near East to 1600 B.C. William J. Hamblin.
Fig. Reverso de la paleta de Narmet, bajo las
sombra del dios-halcón de la guerra Horus, se dilucida al jerarca coronado en
una posición central sacrificando a un enemigo, quizá un habitante del delta
del Nilo, además un sirviente detrás de él sosteniendo unas sandalias. En el
registro superior se observan dos imágenes de Hathor, la diosa-vaca; el nombre
de Narmer en jeroglíficos se ubica entre éstas. En el inferior, yacen dos
enemigos exánimes.
Fig. Parte frontal. Una batalla decisiva toma forma: aparece Narmer usando la corona roja del Bajo Egipto condusiéndose a los guerreros. A la derecha están los cuerpos cercenados de sus enemigos. El registro de mayor área refleja a dos sirvientes del rey controlando a dos leonas con correas. En la escena inferior aparece nuevamente Narmer pero ahora disfrazado de toro, sometiendo a un pueblo rebelde.
2.- Masada. Mass suicide in the
first jewish-roman war, C. AD 73. Phil
Carradice.
Figuras. En la batalla los legionarios emplearon su mejor maquinaria militar que incluía entre otras una ballesta lanza piedras y otra lanza rocas, catapulta y ariete.
Conforme al relato del historiador Flavius Josephus en su libro La guerra de los judíos publicado en el año 75 d.C., cuando los romanos ascendieron a la cumbre de la torre encontraron una segunda muralla la cual decidieron incendiar ya que ningún tipo de arma o máquina podía vencer ese obstáculo, pero sorpresivamente el viento cambió de dirección y los romanos huyeron. Eleazar aparentemente dio dos discursos esa noche a la comunidad y acordaron el suicidio en masa, como símbolo de valentía y libertad ante la futura sumisión y esclavización por parte de los invasor. Se eligió un líder por cada familia para la ejecución del acto, el último sobreviviente incendió por completo la fortaleza. Al llegar los soldados enemigos a la cima, el lugar estaba en llamas. En uno de los palacios encontraron 960 cadáveres. Cuando exclamaron un grito en busca de alguien, dos mujeres ocultas en una de las cisternas junto con cinco niños respondieron al llamado: fueron los únicos sobrevivientes. En el yacimiento arqueológico se desenterraron doce piezas de arcilla con los nombres de los doces líderes judíos que teóricamente lo habían perpetrado, junto con vigas carbonizadas, manuscritos y vasijas de arcilla. La fortaleza de Masada y su palacio han sido siempre un emblema controversial para el pueblo israelí y para la humanidad: algunos ven al lugar y al destino de sus defensores como un ejemplo de resistencia heróica y otros sólo como un lugar de moderada importancia religiosa. Los rabinos no mencionaron el asedio o el suicidio en masa cuando escribieron el Talmud y la caída del complejo de Masada no fue reconocida como parte de la historia judía oficial. Flavius Josephus no estuvo presente en el asedio por lo que incluso su relato es de segunda fuente. Nos resta confiar en los recuerdos de los soldados que estuvieron presentes y en su propio talento literario. Tal vez nunca sabremos qué sucedió verdaderamente en la cumbre de Masada. Los descubrimientos arqueológicos del profesor Yigael Yadin, en sus excavaciones en durante la década de 1960, demostró que Masada fue sitiada por los romanos de la manera descrita por el historiador judeo-romano, pero no nos dicen el modo en que fueron asesinados Eleazar y su bando. El autor del libro propone tres hipótesis para conocer lo que pudo haber sucedido ahí:
- Todo pasó exactamente como Flavius Josephus lo describió: un suicidio en masa mutuamente acordado por todos en la fortaleza.
- Tan pronto y como la muralla fue doblegada, los romanos atacaron, pasaron a través de la rampa y mataron a todos en la ciudadela.
- Cuando los invasores finalmente entraron en Masada a la mañana siguiente no había nadie en ella. Los defensores habían escapado durante la noche.
¿Cuánto de real y cuánto de
ficción hay en esta narración? Usted debe de sacar sus propias conclusiones.
3.- Genghis Khan and the Making of the Modern World. Jack Weatherford.
Gengis Kan es un nombre que se hizo popular en Occidente a través de la ortografía persa. La palabra mongola “chin” significa fuerte, firme, inquebrantable e intrépido, y es similar a otra palabra mongola para designar lobo, “chino”, el ancestro del cual afirma descender este pueblo. Muchos coinciden en que Temujin quien creció entre violencia, asesinato, secuestro y esclavitud, quien no recibió una educación formal y de quien no se tiene una imagen oficial ya que nunca permitió que se pintara su retrato, se esculpiera su figura o se grabara su rostro en alguna moneda, ha sido el militar más admirado de todos los tiempos. Aunque desde muy pequeño le temía a los perros y lloraba con facilidad, siempre mostró un instinto para la supervivencia y la auto-preservación sobrenatural, una habilidad para manipular gente y tecnología e inspirar lealtad en sus seguidores. Sus novedosas técnicas militares convirtieron a las pesadas armadas medievales europeas en obsoletas y terminó con la era de las ciudades fortificadas. En veinticinco años el ejército mongol subyugó más tierras y personas que los romanos en cuatrocientos años. Como escribió Edward Gibbon en su Decline and Fall of the Roman Empire: “Con las armas de Gengis Kan y su linaje el globo fue sacudido, los sultanes fueron vencidos, los califas cayeron y los césares temblaron en su trono”. Si medimos el número total de personas derrotadas, la suma de los países anexados o el total del área ocupada, este hombre conquistó más del doble que cualquier otro en la historia. No sólo enseño a su gente a pelear a través de distancias increíbles sino también a sustentar sus campañas bélicas incluso por más de tres generaciones de constante asedio (cuando murió su imperio continuó expandiéndose durante otros 150 años). Era el heredero de diez mil años de guerra entre las tribus nómadas y el mundo civilizado, la antigua lucha del cazador y el pastor contra el agricultor.
Él estaba acostumbrado a dar
órdenes, no explicaciones. Trataba de enseñarle a sus súbditos que la primera
clave para el liderazgo era el autocontrol, particularmente el manejo del
orgullo, lo cual fue algo más difícil de conseguir debido a las lacónicas tradiciones
mongolas. Les aconsejó a sus hijos no hablar mucho, únicamente lo necesario. Un
líder debería demostrar sus pensamientos y opiniones mediante sus acciones no
por medio de sus palabras. Sin la visión de un objetivo, un hombre no puede
controlar su propia vida, mucho menos la de los otros. En una de sus lecciones
más eminentes, les dijo a sus hijos que la conquista de una armada no es lo
mismo que la conquista de una nación; se puede conquistar una milicia con
hombres y tácticas superiores, pero una nación sólo puede ser conquistada si se
conquistan los corazones del pueblo.
Para la elaboración de esta obra el autor, profesor de Antropología, viajó a Mongolia a explorar la arqueología y comparó las fuentes textuales de una docena de lenguajes disponibles con el contenido de La historia secreta de los mongoles. En la primera parte narra el ascenso del emperador al poder, desde su nacimiento en 1162 hasta la unificación de todas las tribus y la fundación posterior de la nación mongola en 1206. Describe detalles del engendramiento de una sólida amistad con Jamuka, quien paradójicamente sería más tarde su odiado rival.La segunda parte relata las cinco décadas de guerra mundial hasta la disputa entre sus nietos. Los mongoles manufacturaron y usaron armas de diferentes culturas con las cuales tenían contacto, creando con la acumulación de ese conocimiento un arsenal global que podía ser adaptado a cualquier situación en la que se encontraran. Cuando los guerreros mongoles atacaban, usaban una armadura de cuero ligero que era gruesa en la parte delantera pero delgada en la trasera, de ese modo nunca sentían la tentación de huir. En batalla usaban dardos, garrotes, hachas de guerra y espadas; peleaban con valentía y sin tregua, pero su principal prerrogativa era uso del arco. Si eran capturados nunca pedían clemencia, al igual que ellos nunca perdonaban a los vencidos. Adaptó métodos antiguos de comunicación en distancias más cortas, como el uso de antorchas, flechas silbantes, humo, bengalas y banderas para una transmisión de la información aún más eficiente durante maniobras, cacerías y movimientos militares.
Después de ejecutar a los soldados enemigos cuando dominaban un nuevo territorio, los oficiales mongoles enviaban a sus empleados para dividir a los habitantes; los profesionales incluían a cualquiera que pudiera leer y escribir en cualquier idioma: académicos, abogados, médicos, astrónomos, jueces, adivinos, ingenieros, maestros, imanes, rabinos o sacerdotes, los cuales estaban exentos de pagar impuestos. Para su creciente imperio colosal, los mongoles necesitaron especialmente trabajadores calificados en casi todos los ramos imaginables: comerciantes, camelleros, políglotas, artesanos, alfareros herreros, carpinteros, fabricantes de muebles, tejedores, trabajadores del cuero, tintoreros, mineros, fabricantes de papel, sopladores de vidrio, sastres, joyeros, músicos, barberos, cantantes, artistas, boticarios y cocineros.
Además del sexo, la
propiedad y la comida, el emperador reconoció el potencial de las religiones en
competencia; prácticamente todas desde el budismo hasta el cristianismo y desde
el maniqueísmo hasta el islam, habían encontrado feligreses entre la población
de la estepa, por ese motivo decretó la libertad de culto.
Foto. Las invasiones mongolas de Japón (1274- 1281), desde Dainihon Rekishi Nishikie, publicados entre finales de Edo. y principios del periodo Meiji. Artista: Yoshu Chikanobu, Colección Privada.
La tercera parte examina el siglo de paz subsecuente a la muerte del conquistador y el despertar global que impactó en la fundación de las modernas instituciones políticas, comerciales y militares de nuestra sociedad. Gengis Kan cambió el mundo, pero no permitió que se cambiara algo en la tierra donde había nacido.
4. - Kruistocht in spijkerbroek. Thea Beckman.
Esta novela es deslumbrante en todos los sentidos. Se trata de un clásico de la literatura juvenil de aventuras y de ciencia ficción publicado en 1973 que leí durante mi adolescencia. Está basado en los acontecimientos reales y ficticios de la Cruzada de 1212 durante la Edad Media, cuando el siglo XIII comenzaba. El tema siempre ha sido controversial entre historiadores; unos afirman que se trata de una invención de la Iglesia; desafortunadamente las fuentes históricas no son concluyentes. Hay pruebas de la existencia de un pastor francés llamado Étienne; se cuenta que tuvo un encuentro con un niño peregrino que aseguraba haber regresado de Tierra Santa. Tras informarle de las desgracias ocurridas ahí, el infante le revela estar en presencia del mismísimo Jesucristo en persona; después éste le encarga predicar la palabra entre los niños franceses, animándolos a emprender una nueva Cruzada. Asimismo, el presunto mesías le entregó al ferviente una carta para el rey Felipe Augusto en la que le solicitaba ayuda para organizarla. De esa manera pudo reclutar a miles de voluntarios para su causa. Otra versión concentra el origen de los hechos en Alemania: numerosas crónicas relatan que aglomeraciones de jóvenes e infantes se dirigieron hacia el Sur, siguiendo el curso del río Rin y guiados por un pastor pequeño de Colonia de diez años de edad llamado Nikolaus. A muchos les aguardaba un destino funesto ya que iban a ser vendidos como esclavos al caer en manos de traficantes adultos malévolos.Cruzada en jeans contiene 23 capítulos. Al contemplar una máquina del tiempo que el doctor Simiak había inventado junto a una pared en su laboratorio, Rudolf Hefting, un chico del siglo XX, se maravilla e inmediatamente pide al científico le permita convertirse en el primer ser humano en viajar en ella. La fecha programada es el 14 de Junio de 1212 y la cita es en Montgivray, en Francia, en donde supuestamente se realizaría un torneo, pero cuando llega es consciente de su desorientación y desconoce los alrededores. Sorpresivamente se ve inmerso en una batalla callejera medieval alemana entre tres personas; después de auxiliar a una de ellas, un tipo llamado Leonardo, éste le persuade de unirse a la Cruzada para comandar un ejército de niños cristianos hasta a Bolonia. En el trayecto conoce a compañeros como Bertho, María, Hanz, Frank, Peter, Carolus y Fredo; juntos vivirán los desafíos más extraordinarios y aprenderán el verdadero valor inmutable de la amistad.
5.- Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Bernal Díaz del Castillo.
Es una crónica simplemente fabulosa, ya que es de primera fuente: un soldado capitán que acompaño a Hernán Cortés en sus expediciones y batallas tanto triunfantes (La caída de Tenochtitlán) como fallidas (Las Hibueras, en 1524) en el siglo XVI, en aquellas regiones exóticas que tanto admiraron en un principio los conquistadores del Nuevo mundo. Es considerada por muchos escritores e historiadores, junto con las crónicas de Indias en general, como la obra origen de la literatura latinoamericana contemporánea. Condujo a la metamorfosis de las concepciones de sujeto, experiencia, historia, naturaleza y espacio en aquel tiempo. Está dividida en 214 capítulos. Hay que subrayar que el militar no es precisamente un docto en el manejo de los recursos estilísticos propios de la lengua castellana ni de otras formalidades, así es que el manuscrito está redactado en un tono más coloquial, muy característico del hablar común en Castilla La vieja, en España. Bernal Díaz llego a América a los 19 años para instalarse en Cuba. Antes de adherirse a las filas cortesianas en 1519, participó en dos misiones de “pacificación” previas: las de Francisco Hernández de Córdoba y la de Juan de Grijalva. Diecisiete años después, siendo encomendero y vecino distinguido de la ciudad de Guatemala, comienza a escribir su verdadera historia en afán de dirimir un poco con otros cronistas oficiales como López de Gómara y en afán también de obtener honores, reconocimientos, bienes y cargos ante la Corona Española, reescribiéndola continuamente hasta su muerte a los 84 años de edad en 1584.
Tres fuentes testimoniales determinaron el modo en que nos ha llegado el libro hasta nuestra época: el conocido como manuscrito Guatemala (G), el utilizado por fray Alonso Remón para la edición princeps de Madrid en 1632 (M) y la copia póstuma de G que hizo Francisco Díaz del Castillo, hijo del soldado, regularmente nombrado manuscrito Alegría (A).
Ω alude al «memorial de guerras» redactado entre 1552-1554 y ampliado en 1563, perdido hasta hoy; X es el arquetipo resultante de la ampliación del «memorial» embrionario del que, en 1568, se sacaron dos copias: M y G, ambos ejemplares copiados y enmendados simultáneamente. M, ahora también perdido, fue enviado a España antes de 1575, y de él parte la edición princeps. G se lo quedó el autor, constaba en un principio de 299 folios de 29’50 x 43 cm y en el lomo resaltaba la inscripción «BERNAL DIAS / HISTORIA ORIGINAL / DE LA CONQUISTA / DE MEXICO / Y GUATEMALA»; fue restaurado en 1951 en la Biblioteca del Congreso de Washington y en la actualidad consta de 287 folios en los cuales al último aparece la firma de Bernal Díaz del Castillo. Dos tipos de tinta se distinguieron cuando lo restauraron: negra y rojo pardo. Sáenz de Santamaría cree reconocer tres tipos de letra, que arbitrariamente llama A, B y C y que dividen al texto en tres secciones; por eso concluye que G fue escrito por tres manos diferentes: asigna sin lugar a dudas la sección C a Bernal; con reparos, las secciones A2 y B; el resto los cree de mano ajena. A es la corrección de G, una vez transcritos todas los cambios; contiene algunas omisiones por la imposibilidad de leer algunos fragmentos del original. El manuscrito fue terminado en 1568, como muchos biógrafos de este personaje confirman.
Esta obra engloba dos clases de fenómenos disímiles, encadenados diacrónicamente en la figura del autor: la experiencia de la guerra y la conquista por un lado, y la experiencia de la escritura por otro. Así, como Cervantes, el individuo coexiste entre la pluma y la espada, entre el olvido y la memoria. Recientemente, el historiador Guillermo Turner aniquiló los argumentos del antropólogo Christian Duverger, quien en su libro Crónica de la eternidad buscaba desacreditar la autoría de esta narración por parte de Bernal Díaz, causando un polémico debate. El francés aseveró que es imposible que un soldado raso tuviera la cultura suficiente para poder redactarlo. Por su parte Turner señaló que el capitán español era un hombre que sabía leer y escribir; con ello hizo trizas la idea de que la caterva de hombres liderada por Hernán Cortés consistía en simples aventureros ignorantes, cuando únicamente el 16% eran analfabetos. El historiador señaló que es posible que hacia 1552, pasadas tres décadas de la Conquista, el militante decidiera emprender la relación de esta épica. Otro de los argumentos en contra que plantea Duverger es la edad avanzada del combatiente, por lo que “no es impensable que Díaz tuviera la lucidez cognitiva como para recordar una serie de episodios.” Otro problema para él es la presencia de diversos tipos de letras en el manuscrito, como ya hemos visto, en donde aunque sea en menor grado aparece la letra de Bernal Díaz del Castillo en varios folios. Además el historiador mexicano expresó que es de llamar la atención las críticas que dirige hacia su capitán, una de las que no aparecen en la edición de Remón es aquella en la que lo acusa sutilmente de robar parte del oro que sería distribuido entre todos. Bernal recuerda un dicho inventado por los propios soldados: “no repartírselo como Cortés”. Dado lo anterior, ¿es factible que el caudillo ibérico, suponiendo sea el autor de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, se expresara tan mal de sí mismo?
6.- Война и мир. Лев Николаевич Толстой.
Novela histórica, voluminosa en sus 15 partes a su vez subdivididas y su epílogo. Relata desde la cosmovisión de cuatro familias nobles rusas de Moscú y San Petesburgo el periodo de las Guerras Napoleónicas entre 1805 y 1812, enlazando el porvenir de los personajes con los acontecimientos más sobresalientes de principios del siglo XIX en Europa, época en que el país eslavo se alió con Inglaterra, Austria y Suecia en contra de los franceses. El escritor publicó su trabajo a partir de 1865 en la revista rusa Ruski Viéstnik (El mensajero ruso). Debido a la amplitud del intervalo entre las publicaciones, Guerra y paz no se completó hasta diciembre de 1869. La trama se fundamenta en el destino de las familias Rostov (en Natalia sobre todo) y Bolkonsky (en Andrei, en concreto) y en la historia de Pedro Bezújov. Individuos emblemáticos que vivieron en realidad aparecen, tales como Napoleón, el General Kutuzov y el Zar Alejandro I.El 2 de diciembre de 1805 la coalición fue derrotada en la llamada Batalla de los Tres Emperadores. El 7 de julio de 1807 se firmaron Los Tratados de Tilsit, pero en 1812 el Zar dejó de reconocer sanciones comerciales contra Inglaterra y la armada de Napoleón con de más de 600,000 hombres invadió Rusia. Tolstoi convirtió a la batalla de Borodino, quizá la más sangrienta de esa centuria, en el elemento nuclear de su historia; ahí más de 70 mil hombres fenecieron. Después el emperador ocupó Moscú pero pronto se retiró. El autor concede a sus tres protagonistas masculinos Pedro, Andrei y Nicolás la primicia narrativa de las batallas de Schöngraben, Austerlitz y Borodino.
Con esta novela Tolstoi se consolida en la cúspide del realismo ruso literario, el cual intentaba representar la estructura social y política sin superlativizarla ni estilizarla. Por la majestuosidad con que describe una profusa cantidad de acciones (desgracias, idilios, asesinatos, etc.) y el perfil psicológico de una multitud de actores que intentaban alcanzar la felicidad, equilibrio y armonía interna a través sus ideales morales, este prodigioso libro es indudablemente un clásico imprescindible de la literatura bélica universal.
7.- Apuntes para la historia de la guerra entre México y Estados Unidos. Ramón Alcaraz, et.al.
Este documento con sus 34 capítulos, manó de una tertulia organizada en la ciudad de Querétaro, en el año de 1848; los asistentes fueron políticos, literatos y militares testigos de las batallas que acontecieron durante la intervención estadounidense en México (25 de Abril de 1846 – 2 de Febrero de 1848). Estos artículos integran una de las referencias elementales para el estudio de uno de los episodios históricos medulares en la configuración de nuestro territorio y en la formulación de la idiosincrasia mexicana. El libro agremia el análisis de quince de ellos. Una vez consumado el reciente tratado de paz entre las dos naciones de América del Norte, los autores transcribieron informes, anexaron retratos, mapas, cuadros, entrevistas y emplearon otros métodos para la recopilación de información valiosa para la comprensión a fondo de las condiciones en que se expandió la confrontación bélica en cada zona del país. Napoleón había vendido Luisiana a los estadounidenses en 1803, lo que significó la duplicación de la extensión de sus terrenos; eso encendió el hambre expansionista de algunos dirigentes y en 1821 España cedió Florida a los anglosajones por la modesta cantidad de cinco millones de dólares (que por cierto no fueron pagados). Los Estados Unidos reconocieron la independencia mexicana inmediatamente, pero en 1845 proclamaron la anexión de Texas a sus dominios, provocando un inminente conflicto. Sus buques ocupaban nuestras costas: sus tropas avanzaban sobre nuestro suelo. Una sección considerable a las órdenes de Zachary Taylor, entonces brigadier general, acampó en Corpus Christi en Junio de 1845 y el 15 de Enero de 1846 avanzaron con la meta de ocupar el poblado de Frontón de Santa Isabel. Continuaron su marcha hacia Matamoros, donde arribaron el 28 de Marzo de 1846. La Batalla de Palo Alto fue la que inauguró la guerra México - Estados Unidos el 8 de Mayo de ese mismo año; se llevó a cabo a ocho kilómetros de la Ciudad de Brownsville. Para sostener el ataque los mexicanos no contaba con las fuerzas necesarias, alrededor de 3000 hombres. Los estadounidenses contaban con igual número de elementos, pero su artillería era muy superior a la mexicana, causando estragos en las filas del ejército.
Un día después se efectuó la batalla de la Resaca de Guerrero con derrota nacional a cargo del general Arista. En Monterrey hubo otro combate entre el 20 y el 24 de septiembre. La ciudad fue tomada. Entre el 22 y el 23 de febrero de 1847 en un lugar llamado Puerto de la Angostura cercano a la ciudad de Saltillo, en el estado de Coahuila, una nueva contienda se desató. El 28 de ese mismo mes en el estado de Chihuahua se efectuó La Batalla de Sacramento, con victoria estadounidense.
Fig. (Abajo) Batalla de Monterrey. Croquis
El 9 de Agosto a las dos de la tarde, el cañonazo de alarma anunció la llegada de las tropas imperialistas a la capital de la República. La gente se congregó en la plaza de La Constitución. En la mañana del 19 a las afueras de la Ciudad de México, en el rancho de Padierna, otra lucha se generó, resultando vencedor mi país. Al día siguiente en el Convento de Churubusco, los estadounidenses obtuvieron su primer triunfo en la capital. El 7 de Septiembre se adjudicaron otro en la Batalla del Molino del Rey. El 12, al amanecer, se abrió fuego sobre Chapultepec.
(Foto) Los marinos de los EE.UU. durante su arribo a Veracruz. Xilografía coloreada a mano.
Foto. Plano de las
posiciones mexicanas y de los Estados Unidos, en la Batalla de Cerro Gordo.
El Jefe del castillo, nuestro supuesto “salvador” era el general Nicolás Bravo. El bombardero no cesó hasta las siete de la noche, sin embargo, todo
terminó en una rendición absoluta mexicana.
Foto. Posiciones del ejército de EE.UU. en la Batalla de Churubusco.
Los vecinos del Norte distribuyeron sus tropas por las calles de la metrópoli durante los días 14, 15 y 16, tirando cañonazos, echando abajo puertas, saqueando casas y cometiendo infinidad de calamidades. En la toma de los puertos del Pacífico poca o ninguna resistencia encontraron las fuerzas invasoras al ocuparlos . El 2 de febrero de 1848 luego de dos años de guerra, se firmó en la villa de Guadalupe Hidalgo el Tratado de Paz, amistad, límites y arreglo definitivo entre las dos naciones.
Fig. (Derecha) Batalla de Chapultepec. Croquis
México recibió la irrisoria cantidad de quince millones de dólares.Las negociaciones estuvieron a cargo de Nicolás Trist, comisionado de Paz estadounidense y de Bernardo Couto, Miguel Aristáin y Luis Cuevas de nuestra parte. Finalmente el 12 de junio se retiraron las tropas invasoras acuarteladas en la Ciudad de México.
Foto. Tratado de Guadalupe – Hidalgo conservado en el Museo del Archivo Nacional en Washington.
8.- До́ктор Жива́го. Бори́с Леони́дович Пастерна́к.
Es una historia de amor turbulento que gira alrededor de la relación del médico y poeta huérfano Yuri Andréyevich Zhivago con Larisa Fiódorovna en el transcurso de las primeras décadas del siglo XX, particularmente durante los días de la revolución rusa de 1917 y la guerra civil hasta el final de la Primera Guerra Mundial. La novela fue publicada en 1957 en Italia y en la URSS hasta 1988. La censura de El Doctor Zhivago inicia con la revista Novy mir, la cual rechazó la obra de Pasternak argumentando que en determinados pasajes se evidenciaban nociones antibolcheviques. El secretario del Partido Comunista de la Unión Soviética, Nikita Jruschov atacó al autor sin antes haber leído el libro. Fue expulsado de la Unión de Escritores Soviéticos, no obstante fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, el cual rechazó por fuertes presiones políticas. Al dejar el poder en octubre del año de 1964, Jruschov leyó la obra y señalo que fue un error el haberla censurado. Es unánimemente reconocido por los rusos como uno de sus mejores poetas. El personaje central Zhivago, es el álter ego de Pasternak, quien se libró de morir asesinado en el Gulag o de vivir en el más atroz de los exilios interiores. Conservó sus privilegios como escritor soviético y utilizó su posición para ayudar, en lo que pudo, a sus amigas Tsvetaeva y Ajmátova. En este melodrama histórico, pletórico de divagaciones filosóficas y presunciones metafísicas, la prosa fluye con naturalidad rítmica gracias a que se impregna de matices poéticos. Es una oda a la benevolencia, una sublime demostración en la que la pureza de los sentimientos se impone ante cualquier obstáculo. El Doctor Zhivago manifiesta pasiones e injusticias, acentúa la lucha obrera y denuncia los excesos del poder priorizando la preservación de ideales enarbolados que se resisten a ser exterminados por el régimen. En el último capítulo concluye con 25 poemas de su autoría. Dichos poemas son atribuidos a Yuri. Una verdadera joya de la narrativa bélica fantástica del siglo XX.
12.- Notes of a Russian Sniper: Vassili Zaitsev and the Battle of Stalingrad. Vassili Zaitsev.
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